En el resto de la región también encontramos una numerosa cantidad de templos de arquitectura colonial.
Es también una hermosa obra colonial que hace atractiva la vista de esta parte del territorio huancavelicano. Declarado como Monumento Nacional.
En la provincia de Huaytará, levantada sobre los muros del Palacio Inca, se encuentra el templo colonial dedicado a San Juan Bautista.
En las demás provincias del departamento encontramos también obras arquitectónicas coloniales muy hermosas.
Ubicada en el pueblo de Huayllay Grande, cerca de Lircay (a 80 kilómetros al sur-oeste de la ciudad de Huancavelica), famoso porque se celebra el culto al Señor de Huayllay. Llaman la atención en este pueblo los restos de la arquitectura española original, allí están los vestigios de los portales que circundaban la plaza entera, las casas de piedra pura.
El templo de Huayllay fue construido en los años 1700 a 1750, posee una particularidad en su fachada principal, de no hallarse hacia ella, sino, a una calle lateral; la otra particularidad, es que la nave central culmina en un altar bastante alto, allí se encuentra un Cristo tallado en madera, es la figura del Señor de Huayllay. Además lo sorprendente es que las paredes están adornadas de lienzos de la escuela Ayacuchana.
La fiesta del Señor de Huayllay se celebra el 15 de Setiembre de cada año, esta alcanza un carácter regional y típico andino.
La iglesia colonial de Congalla, está ubicada en San Pedro de Congalla, provincia de Angaraes; su estructura fue construida a base de piedras, presenta un frontis impresionante y una gradería de 15 escalones.
Su construcción se realizó entre los siglos XVI y XVII.
Ubicado en la provincia de Acobamba, en el barrio de Pueblo Viejo a 10 minutos de la ciudad; fue construida entre los Siglos XV y XVI, la construcción de su infraestructura resalta los estilos de barroco y churrigueresco; su frontis impresiona por sus tallados en piedra “cheqos”, en el interior están los impresionantes altares muy particulares, las pinturas murales con técnicas tradicionales, entre otros.
Ubicado en el pueblo del mismo nombre en la provincia de Churcampa, construida el año 1820, en base a piedras labradas de la zona, unido con calicanto, fiel testimonio del pasado, en cuyo interior podemos encontrar biblias escritas en latín, en cuyas carátulas cuentan con crusificos de oro y plata incrustados en ambos lados, cuya antigüedad aproximada se remonta al año 1822; estas biblias fueron elaboradas con una aleación de cobre, plata y oro, y el agregado especial de la grasa humana.